Oswaldo Vitalino de Oliveira
Fue en los sambas del morro de Mangueira, en los barcitos del morro que encontró su destino y moldó su personalidad. Una mezcla de simplicidad, sofisticación y espontaneidad en sus sambas de gírias (lunfardo).
¿Y porqué Padeirinho? Porque su papá era padeiro (panadero).
Corrian los años 40, tiempo de sambas sin introducción
ni segunda parte. Padeirinho a los catorce años ya mostraba picardía en el
ritmo, creatividad en la división de los compases, contratiempos sorprendentes,
acentuación inteligente. Tenía malícia, conocimiento y, encima, creció entre
versadores (partideiros). En la cabeza de Padeirinho, Geraldo Pereira era un
ídolo, verdadero rey de creación musical, dividiendo el poder con Cartola, Nelson
Cavaquinho, Zé Ramos, Carlos Cachaça, Alfredo Portugues, Babaú, Prego, Pelado, Jorge
Zagaia, Xango, Chiquinho Modesto, Geraldo da Pedra y otros.
Bar es casa de oración!, decía.
El samba Favela
muestra otra vertiente creativa criada por Padeirinho junto a Jorginho Peçanha. Desde el patio de su casa, veía un lugar inmenso, vacío que, de a poco, se fue
poblando. En menos de dos meses se había formado la Favela do Esqueleto, que
más tarde sería demolida para dar lugar a las edificaciones de la Universidad
del estado de Rio de Janeiro. Así nacían sus sambas. Inspirados en la vida,
extraídos del día a día.
Numa vasta extensão
Onde não há plantação
Nem ninguém morando lá
Cada pobre que passa por ali
Só pensa em construir seu lar
E quando o primeiro começa
Os outros depressa procuram marcar
Seu pedacinho de terra pra morar
Fuentes: Padeirinho da Mangueira- retrato sincopado de um
artista
(Franco Paulino)
http://www.revistamusicabrasileira.com.br/especial/padeirinho-um-mestre-da-mangueira
No hay comentarios:
Publicar un comentario