A principio del siglo
xx, el portugués Domingos Alves Salgueiro, dueño de una fábrica de conservas en
la calle Dos Araújos, en el barrio de Tijuca, en la zona norte de la ciudad de
Rio de Janeiro, era también el dueño del morro. Salgueiro, su apellido, pasó a
ser el nombre del morro. Este señor Domingos tenía 30 casas para alquilar y era
muy buscado por las familias que llegaban de Minas Gerais, del sur de Bahia o
de otras zonas del nordeste brasilero, buscando un lugar para vivir y comenzar
una nueva vida. Estos habitantes iban tornándose compadres y comadres, intercambiando
hábitos y costumbres, música y fiestas. Es asi como el caxambú, el calango, el
samba de roda eran cantados y bailados, no sólo en las fechas del calendário
folklórico de su lugar de origen, sino también en fiestas de cumpleaños,
casamientos y otras, acompañados de abundante comida: feijoadas, guisos,
pescados. (parte del libro Salgueiro-
Academia do samba, Haroldo Costa)
Fuente: Blog Djalma Sabía
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